lunes, 29 de marzo de 2010

Narración escena por escena

Después de todo un día en que la casa ha estado en silencio absoluto de repente es abruptamente perturbado por algo más cercano que el distante sonido del pasar de los carros. Así, el imponente reloj de la sala marca las 6:30 PM mientras el toc-toc del taconeo poco a poco se va intensificando mientras se acerca más.

De pronto una mujer de uniforme blanco entra algo agitada descargando sobre el comedor unas facturas y dos bolsas llenas de toallas con fragmentos de cabellos que también han volado un poco hasta sus prendas.

En pocos segundos atraviesa la sala mientras es observada desde la pared por los retratos de tres jóvenes, que organizados por edad, de mayor a menor, pareciera que fijarán su mirada sobre ella mientras se desplaza rápidamente, al igual que su autorretrato de hace 32 años atrás, donde está joven y con una sonrisa que refleja serenidad y alegría la cual inevitablemente contrasta con la mujer de hoy que tiene un semblante de preocupación y cansancio.

Pronto la cocina que había permanecido inmóvil por varias horas empieza a transformarse y se hace testigo de su apresurada tarea mientras se dispone a preparar la comida bajo la presión de otro imponente reloj que se encuentra sobre ella.

En pocos minutos se encuentra amasando la mezcla para preparar arepas, luego las empieza a armar mientras deja que la parrilla empiece a calentarse, cuando de pronto el sonido de la alarma de un carro hace que vuelva a mirar el reloj para rectificar la hora y al momento saluda a su esposo que acabando de entrar, ya ha dejado sobre el comedor la agenda, la maleta y el radio de la empresa, para buscar una butaca en la cocina y sentarse junto a ella para acompañarla mientras termina de hacer la comida. El hombre aunque cansado, se ve contento, paciente y sereno.

-“hoy no me ha ido muy bien que digamos” con esa frase empieza así la mujer lo que seria una larga lista de quejas

Mientras está sentado se dedica a mirarla y a escuchar sus razones, hasta que la mujer recibe una llamada al celular y sube al cuarto algo afanada mientras habla un poco preocupada.

Cuando la mujer vuelve a bajar encuentra que su marido ha servido la mesa, calentado las arepas y además a preparado café para ambos, e inmediatamente cambia su actitud, se tranquiliza y se disponen a cenar.

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