lunes, 5 de abril de 2010

DESEOS NECIOS

Cuentan los viejos que hace muchos años este lugar era muy distinto a lo que es hoy: una ciudad solitaria y callada. La verdad es difícil de creer que en algún momento de la historia Sonora City haya sido la cuna de todos los diversos sonidos que existen y han existido en el mundo, inclusive de algunos inimaginables que aun muchos oídos humanos jamás lograron conocer y que desaparecieron sin dejar rastro alguno de ellos.

Fue en una tarde cuando Juan, entre sus arrebatos de rebeldía, inconformidad y caprichos necios propios de la juventud, decidió ponerle fin a tanto ruido de una vez:

- Hoy es el gran día Carlos
- ¿Estas seguro de que es una buena idea? – preguntaba su amigo Carlos, con un tono indeciso.
- ¡si! No seas gallina. Mira que por fin vamos a tener silencio y nos vamos a deshacer de toda esa bulla para que nunca jamás el ruido vuelva a perturbarnos en nuestros momentos de descanso y concentración – Le decía, mientras de manera insistente buscaba persuadirlo.

Y así fue. Eran las tres de la tarde en Sonora City, ya la jornada de clases había terminado y todos los estudiantes salían rumbo a casa, excepto aquellos dos jóvenes que con el libro de rituales en mano, se dirigían a la montaña para invocar a la bruja del silencio. Pero Carlos invadido de miedo decidió a última hora abandonar a su amigo e irse a casa.

Se dice que nadie supo lo que pasó realmente aquel día, pero lo cierto fue que Juan jamás volvió a ser el mismo cuando regresó. Se le veía muy callado, ya no decía ninguna palabra ofensiva a sus profesores, ya no se burlaba, ni participaba con sus apuntes ofensivos y molestos, no volvió a criticar a sus compañeros, ni se volvió a rebelar contra lo impuesto, en otras palabras: jamás volvió a hablar.

Quien estaba más preocupado era su amigo Carlos, a quien el sentimiento de culpa no lo dejaba tener su conciencia tranquila. Sabia que Juan debía odiarlo por la traición aquel día y suponía que lo que sea que le haya sucedido a su amigo se hubiera podido evitar si él no lo hubiera dejado solo. Por eso un día se armo de coraje y decidió acercársele para hablar cuando llegara al colegio, pero la sorpresa que se llevo fue que Juan se había retirado, no sin antes dejarle una carta:

“Amigo. Se que mi cambio de estos días te debe parecer incomprensible y es cierto, ya no soy el mismo. Mi vida cambio después del día que fui a la montaña e invoqué la bruja. Fue horrible, menos mal tu si te alcanzaste a arrepentir a tiempo. Cuando ella aparecio ya no habia vuelta atrás. Ella supo de inmediato cuales eran mis intenciones, y enojada me dijo-“No sabes que acabas de hacer. Inclusive cuando mueras jamás podrás descansar en paz por la barbaridad que acabas de cometer. Sonora City desde siempre fue un lugar privilegiado en esta tierra gracias a ese don que ahora tú te atreves a llamar ruido. Desde la creación del mundo Dios decidió regalarles a los humanos un lugar lleno de todos los armoniosos sonidos de la naturaleza, lleno de muchas melodías que jamás hubiesen sido imaginadas por el hombre si no hubiera contado con la ventaja de tenerlas y a partir de las cuales logró inspirarse para crear muchas piezas musicales. Pero siempre los seres mágicos, supieron que el humano en su necedad no sabría apreciar esto, pero él confió más en ustedes”- Cuando la bruja termino de decirme eso, quise arrepentirme pero ella me dijo que era hora de darle una lección al humano para que supiera valorar lo que tiene. Entonces me agarró por los brazos para no dejarme ir y en un idioma extraño comenzó a lanzar, lo que supongo era una maldición. Luego entre risas malvadas me dijo que justo en una semana a las seis de la tarde conocería el silencio y después, sin decir más, desapareció. En ese momento me percate de que no podía hablar, ella me había quitado mi voz. Y justo hoy es el día en que se cumple la semana y se cumplirá el maleficio”

Cuando Carlos terminó de leer la carta, el sol empezaba a ocultarse y el reloj se aproximaba a las seis. Entonces corrió al centro para buscar al alcalde y decirle lo que sucedería, por lo cual el alcalde enfurecido decidió mandar a ejecutar a Juan. Pero Carlos, que lo conocía de toda la vida, trato de detener al alcalde para que no matara a su amigo:

- “Señor alcalde, se que es un poco descarado de mi parte interceder por Juan después de lo que hizo, pero quiero que sepa que lo conozco desde pequeño, y algo de lo que estoy seguro es que el no hizo esto de mala fe. Soy testigo de que él se ha pasado toda su vida buscando la cura para su falta de concentración, pero a pesar de que sus padres lo han llevado a muchas terapias y han agotado todos los recursos posibles, eso nunca le ha servido. Por eso, desde siempre he escuchado a Juan empeñándose en echarle la culpa de todos sus infortunios al “ruido” de Sonora City, inclusive piensa que su frustración de jamás haber tenido una idea brillante se debe a la falta de silencio y no le aterra reconocer que simplemente no es tan brillante como él lo supone. Por eso hizo lo que hizo, solo con el afán de concebir alguna vez alguna idea inteligente. Él no es una mala persona señor alcalde, solo es un joven lleno de frustraciones e inconforme con la vida. Por favor entiéndalo”

Luego de escuchar al joven, el alcalde se calmó, encendió su pipa, se sentó en su silla y tranquilamente dijo:

- “Si. Seria absurdo creer en maleficios de brujas. Eso es solo cuentos de jovencitos con una imaginación muy grande”

Justo cuando terminó de decir esto, el reloj marcaba las seis, y el pueblo se sumergió en un silencio absoluto: La naturaleza se quedó muda, los humanos también, inclusive los sonidos que emitía la caída de un vaso estaba en “mute”. En ese momento Juan y toda Sonora City, conoció el silencio.

Por primera vez, Juan logró concentrarse, sentía una paz interna inquebrantable, por fin había logrado aquel estado que siempre quiso alcanzar, o por lo menos eso era lo que creía durante los primeros diez minutos. Pero luego, una lluvia de ideas bombardeaba su cabeza alterando aquel supuesto estado ideal. Fue cuando entonces Juan se dio cuenta de que el silencio era el ruido más perturbador. Pero ya era tarde para Juan y para el resto de los ciudadanos quienes no lograron convivir con el nuevo invitado, el cual con su llegada ocasiono muertes, suicidios y la locura total en los pocos que sobrevivieron y que fueron a parar en un manicomio hasta el fin de sus días intranquilos por aquel silencio eterno, sin dejar rastro alguno de lo que era la vieja Sonora City.
La bruja supo que aunque tarde, aquellas personas habían aprendido su lección. Pero mientras tanto, en otras partes del mundo, otros de seres mágicos concedían los deseos necios de mucha gente inconforme: Se eliminaron bosques para urbanizar y traer el mal llamado progreso, que solo era una bomba de tiempo para la lenta autodestrucción del ser humano. Pero en este caso, el efecto no era tan inmediato y el humano creía haber alcanzado la plenitud, hasta que lentamente se fue dando cuenta que haber atentado contra la naturaleza fue haber atentado contra su vida. Pero de igual forma que en Sonora City, ya no había vuelta atrás.

Y esa fue la historia de Juan y de este solitario y fantasmal lugar llamado Sonora City, pero también es la historia de muchos lugares más en este momento que son victima de los deseos necios. Por eso hijo mío, hay que tener cuidado con lo que se desea, y hay que aprender a valorar lo que tenemos.

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