lunes, 13 de octubre de 2008

El graffiti

Por: Maria Isabel Vargas y Katherine Villareal

Podemos partir, de que el graffiti es una alternativa que han tomado ciertos grupos para expresar problemáticas sociales por medio del espacio publico, ya que no tienen acceso a los medios de comunicación tradicionales, buscando de esta manera una identidad social, política y cultural que se constituye como una estética urbana.

Para entender un poco mejor este fenómeno, debemos partir del hecho que durante toda la historia, el hombre ha tenido la tendencia de rayar las paredes y superficies en principio con el objetivo innato de comunicarse y expresarse libremente, aunque dichos términos resultan utópicos en la sociedad actual donde el sistema decide lo que se puede y no se puede comunicar.
Estas manifestaciones surgen como consecuencia de tener acceso restringido a los medios de comunicación tradicionales para transmitir mensajes que ante un publico abierto no deben ser divulgados porque según ellos atentan contra la ética y moral incluyendo intereses tanto políticos, financieros y religiosos de aquellos a quien los mensajes van dirigidos. De esta manera, los graffiteros siente que el hecho de plasmar sus mensajes en las paredes y murales de la ciudad, los hace sentir que aunque no tienen ningún tipo de poder, se expresan como los mas poderosos creando impacto social.
De esta forma, el graffiti se convierte en una de las pocas alternativas de carácter de libre expresión ideológica. Así, ante el desgaste de las expresiones oficiales, públicas y mercantilistas; los graffitis arriesgan la construcción de una nueva protesta. El graffiti siempre fue una forma de comunicación oculta, basada en códigos de identificación que buscan transgredir o evadir lo establecido por el sistema social, político y religioso.

Varios grupos sociales implementaron la práctica del graffiti en los finales de los sesenta, setenta y ochenta como; los hippies, los desempleados, clase obrera, los marginados. Sus textos eran reconocidos como una creación popular que no eran oficialmente aceptados dentro de una cultura. Además la marginalidad lingüística la situaba como cultura popular o contracultura, lo cual permite pensar que era excluida en relación con el “verdadero arte”. El lenguaje marginal transgrede las normas y no es un intento de cambiar lo que ya esta establecido, sino una modificación de valores, una forma distinta de concebir el mundo. Estos textos e imágenes expresan el malestar de los grupos marginados o no reconocidos bajo epítetos en ocasiones vulgares y grotescos.

En los años noventa grupos de otros status asumieron el papel de graffiteros. En ciertos sectores de clase media y alta, los jóvenes empezaron a sentirse identificados por la jerga utilizada en los graffitis creados por los grupos marginados, que por su alta carga emotiva y expresiva de los discursos lograban cautivar a los jóvenes y estimular su creatividad para incentivarlos a seguir creando.

Con lo anterior podemos ver que catalogar el graffiti como una practica de grupos marginales, hoy en día seria erróneo, ya que no se puede entrar a simplificar la categoría (que actualmente es tan diversa) sino que simplemente debemos considerarlos como proyectos juveniles que se llevan a cabo en la calle, usando como herramienta el diseño grafico y la pared como medio de comunicación, buscando emitir mensajes de carácter social, político y cultural. El principal objetivo es que por medio de criticas al sistema y denuncias de problemáticas comunes como la violencia, el consumismo desmedido, la corrupción, la desigualdad, la injusticia y la pobreza, se busca generar impactos y cuestionamientos sociales en las personas que recorren las calles, queriéndole llegar a todos y cada uno de los ciudadanos y sobretodo generar además un cambio estético rompiendo los paradigmas de simetría, composición y belleza que son establecidos por la academia, expresando así una discriminación hacia el arte, del cual siempre han sido excluidos ya que nunca han sido reconocidos como parte de esa familia.

Hay que tener en cuenta que el graffiti es además una forma de identificación juvenil, ya que sus autores sienten que no están solos sino que hacen parte de un grupo(lucha social, protesta ideológica, venganza contra el sistema) y a pesar del anonimato en el que se refugian, sienten la necesidad de hacerse reconocer por sus obras entre el resto de compañeros e inclusive de los transeúntes, ya que en especial muchos de los jóvenes espectadores, se sienten identificados con lo que expresan dichas obras.
Así pues, tenemos en las principales ciudades de Colombia (entre ellas Cali) varios grupos e individuos creativos graffiteando paredes a media noche. Basta con darle una mirada a las calles de Cali para descifrar las claves de un movimiento urbano que importado y hasta con muchos cambios, ya es toda una revolución global que busca expresar y divulgar sus pensamientos como por ejemplo el colectivo sub, siendo el más fuerte en la ciudad y que por medio texto e imágenes busca aportarles algo a los ciudadanos, inyectándoles el antídoto para que “despierten”, incitándolos a una revolución (o re-evolución?) ideológica donde se tome conciencia del entorno donde se vive y apropiarse de lo que esta pasando, buscando así una lucha contra el sistema o simplemente un despertar. Los graffitis de dichos grupos se diferencian de la contaminación visual ya que es un ejercicio plástico, estético y comunicativo, cuyos mensajes se burlan del sistema social, político, religioso, y es más un mensaje de tipo reflexivo para sus espectadores. También en algunas ocasiones lo que se busca es recuperar espacios urbanos olvidados y darles algo de color, aunque hay que tener en cuenta que otros grupos sociales marginales (como las pandillas) lo usan simplemente como demarcación de frontera, de territorio y para reconocerse como parte de un grupo especifico.
Con lo anterior podemos concluir que el graffiti debe ser reconocido como una expresión de rompimiento ante el silencio de los muros y los habitantes, a pesar de su condición temporal, lo que buscan los graffiteros es dejar su sello manifestando sus inquietudes, sensaciones e ideas para que sean vistas por todos.
Desde el punto estético es importante que la ciudad se reconozca como el resultado de un proceso creativo por parte de sus habitantes el cual permite construir una identidad de acuerdo a las perspectivas que tengan los ciudadanos en determinado momento de la historia, mostrando lo que les molesta y desean que cambie. Como consecuencia de ello el graffiti tiene un papel importante en un proceso de transformación estética de la ciudad exigiéndonos explorar nuevas formas de hacer y pensar el arte

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